Mi intención, al crear este proyecto, era dedicarlo al mundo de la cámara compacta digital, ese  incomprendido y , en ocasiones, denostado instrumento, y explorar sus enormes posibilidades. Naturalmente, la cámara compacta puede llegar a tener tantas prestaciones como la reflex, pero nunca será una reflex y todo dependerá de la cantidad de dinero que queramos invertir en ella. A menudo, será suficiente con una de esas cámaras de la gama media, que ofrecen posibilidades reales de manejo manual, además de las normales funciones de prioridad a la abertura y prioridad a la velocidad de obturación. Hoy la mayoría de las cámaras de dicha gama, la mayoría de las marcas, ofrecen estas opciones y tan sólo se trata de configurarlas de manera que podamos aprovechar todo su potencial. Yo, habitualmente, utilizo una Canon S110, cuyo valor actual de mercado puede rondar los 300 € o quizás menos, ya que es un modelo que tiene dos o tres años. A veces, utilizaré  la Lumix LX3, de Panasonic, que ya es toda una clásica. Tanto una como otra, tienen la opción de enfoque manual, es decir, de poder manejar la hiperfocal, cosa que, tanto en la fotografía callejera como en paisaje, es de gran utilidad, como saben todos los fotógrafos, especialmente los profesionales. Yo, desde mi humilde posición de fotógrafo aficionado, me cuidaré muy mucho de de pontificar sobre tal o cual técnica, por lo que no entraré en el manido debate sobre la utlización o no de medios o aplicaciones de tratamiento de la imagen. Estamos en el mundo de la fotografía digital y de toda técnica que contribuya a su mejora. Al final, las fotografias son un medio de expresión, como puede ser la palabra y, a nadie que maneje esta última como instrumento de creación, le he oído decir que tal o cual recurso literario o gramatical no debe emplearse, en aras de un purismo inmaculado.

L.G. Torre


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